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El Reportero del Escambray

Alineados a la paz

 Entre el 11 y el 16 de septiembre, La Habana será sede de la XIII Cumbre de los Jefes de Estados del Movimiento de Países No Alineados, lea una breve reseña de ese foro, y de los retos que tiene por delante para enfrentar las políticas neoliberales y hegemónicas del imperialismo.

Por Norland Rosendo González

Por segunda vez en su historia, el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) celebrará una Cumbre de Jefes de Estado en La Habana, la ocasión anterior ocurrió en 1979, cuando el mundo vivía en vilo por las tensas relaciones entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética. Eran los tiempos de la guerra fría.

Tras la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial, se formó y consolidó el campo socialista, se desplomaron los imperios coloniales y surgió otro tipo de relaciones entre los nacientes estados independientes y los países socialistas. Ese nuevo panorama fue interpretado como una amenaza por el imperialismo global, y en particular, por los Estados Unidos.Washington estableció bases militares en áreas estratégicas de Asia y África, que devinieron centros neurálgicos para ejecutar agresiones como la de Corea, en 1950, y luego Laos y Viet Nam.

También fijó alianzas y pactos militares y prohijó a Israel, punta de lanza en el Cercano Oriente.Así fue agudizándose la bipolaridad mundial, con dos bloques militares: la OTAN y el Pacto de Varsovia, que desarrollan estrategias político-militares contrapuestas y coexisten en un equilibrio complejo. Precisamente MNOAL nació con esa conflagración ideológica. Tuvo como antecedente originario a la Conferencia de Bandung, Indonesia, donde 29 presidentes de África y Asia, la mayoría antiguas colonias europeas, reflexionaron sobre las dificultades mundiales de ese momento y las posibles políticas concertadas para enfrentar el nuevo contexto internacional.

En esa cita fueron rubricados diez principios que debían regir las relaciones entre las naciones: la coexistencia pacífica, el respeto de los derechos humanos y las metas de la Carta de las Naciones Unidas, y el abandono de la opción militar para solucionar las diferencias de los Estados, entre otros propósitos inalienables.

La primera conferencia (preparatoria) del Movimiento de Países No Alineados aconteció seis años después, en  junio de 1961, en la ciudad de El Cairo, Egipto, y allí se acordaron las líneas de actuación de este nuevo foro y los criterios de admisión de los países miembros.

La capital de la entonces Yugoslavia, Belgrado (la otra cuidad que ha servido dos veces de sede a este foro) organizó la primera Cumbre, que tuvo lugar entre el primero y el seis de septiembre de ese mismo año.

Cuba fue la única nación latinoamericana que estuvo entre las fundadoras del Movimiento, consciente de la importancia histórica que tenía para los países subdesarrollados de todas partes del mundo avanzar hacia la unidad y la concertación.Para formar parte de MNOAL se exige mantener una política de independencia y de respeto a los diferentes sistemas políticos y sociales, apoyar los movimientos de independencia nacionales, no formar parte de ninguna alianza militar internacional en el contexto de los conflictos de las grandes potencias.

En el caso de los países que tuvieran algún acuerdo con alianzas de ese tipo, este no debía haberse firmado en caso de conflicto, y si en su territorio existían bases militares de alguna potencia, estas tampoco podrían haberse instalado en tiempo de guerra.

Desde su fundación, el Movimiento ha apoyado las luchas de los pueblos por su autodeterminación, el desarme universal y se opuso al apartheid y a las intenciones hegemónicas de las grandes potencias, a la vez que defiende el multilarismo, como enfoque político.La caída del Muro de Berlín y del campo socialista, y con ellos el fin del Pacto de Varsovia como bloque militar, impusieron al Movimiento nuevos e imprescindibles retos para enfrentar las doctrinas belicistas de los Estados Unidos y la OTAN.

Actualmente, 116 países integran el MNOAL, y en La Habana dos nuevos países aspiran a integrar el foro. Su estructura se compone de una Presidencia, que es ocupada rotativamente por miembros de las diversas regiones geográficas que lo componen. El país anfitrión de una Cumbre se convierte en Presidente del Movimiento hasta la nueva cita, y es el responsable de encabezar sus actividades.

Desde la Cumbre de Argel, en 1973, fue creado el Buró de Coordinación, que se estableció a nivel ministerial para realizar su labor entre Cumbre y Cumbre y a otro nivel. Entre sus funciones igualmente aparecen las de verificar y armonizar las labores de los Grupos de Trabajo, de Contacto, Especiales y Comités.

En la edición anterior, que aconteció en Kuala Lumpur, Malasia, en febrero de 2003, Fidel expresó:«Nuestra próxima cita en La Habana, en el año 2006, deberá servir para poner de manifiesto que el Movimiento de Países No Alineados ha vuelto a ser una fuerza efectiva en la arena internacional de nuestro tiempo. Este Movimiento es hoy más necesario que nunca.

«Si antes nos esforzábamos por ocupar un lugar digno en medio de la lucha entre dos superpotencias, hoy nos debatimos entre el riesgo del hegemonismo unipolar, y la única forma posible, soportable y aceptable de sobrevivir es la existencia de un mundo multilateral, donde la paz, la libertad, el desarrollo y el progreso puedan tener lugar para todos.»

Y ese es el reto mayor del MNOAL en la actualidad, en medio de un complejo orden internacional marcado por políticas neoliberales, dictadas desde centros neoconservadores de poder, en los cuales se diseñan también, unilateral y arbitrariamente, nuevos mapas geoestratégicos, como los del Oriente Medio.

En la Cumbre de La Habana se plantearán alternativas a esas amenazas globales, que promuevan la paz, el desarrollo, la cooperación económica y la democratización de las relaciones internacionales.

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