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El Reportero del Escambray

El bloqueo económico a Cuba es un acto de genocidio

A pesar de los cuantiosos costos ocasionados, esa política genocida cuenta cada vez con menos apoyo en el mundo y no ha logrado quebrar a la Revolución Socialista cubana.  

Por Norland Rosendo González

A pesar del rechazo universal, expresado anualmente por la Asamblea General de la ONU, el gobierno de los Estados Unidos no ceja en su empeño de intentar destruir a la Revolución cubana mediante el más prolongado y genocida bloqueo económico, financiero y comercial que haya conocido la humanidad.De acuerdo con el Informe secreto del subsecretario del Departamento de Estado para Asuntos Interamericanos, Lester D. Mallory, desclasificado en 1991, la fórmula no puede ser más cínica y maquiavélica: «(…) a través del desencanto y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas (…) negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno (…)»Ejecutado sin el éxito deseado por diez administraciones de Washington, el bloqueo está tipificado como un acto de genocidio, en virtud del inciso (c) del artículo II de la Convención de Ginebra para la Prevención y la Sanción del delito de Genocidio, del 9 de diciembre de 1948 y constituye, por tanto, un delito de Derecho Internacional. Dicha Convención define como tal a «(...) los actos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso», y en esos casos contempla «el sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial».No existe ley del Derecho Internacional que justifique el bloqueo en tiempos de paz. Desde 1909, en la Conferencia Naval de Londres, quedó definido como principio que el «bloqueo es un acto de guerra» y su empleo es posible únicamente entre los beligerantes.Por esa arbitraria y unilateral decisión de asfixia económica, cálculos conservadores valoran en más de 86 mil millones de dólares los perjuicios ocasionados a Cuba. Nuestro país no puede exportar mercancías para el mercado de los EE.UU., a pesar de la proximidad geográfica (90 millas del sur del estado de la Florida), lo que obliga a realizar largas travesías hacia Europa y Asia, con costos adicionales por concepto de los fletes y transportación. En los Estados Unidos existen clientes interesados en el níquel, el cobalto, el tabaco, el azúcar, entre otros productos, reconocidos por su excelente calidad, pero la arbitraria política de bloqueo impide las transacciones comerciales.Tampoco se puede vender materia prima a empresas extranjeras cuya producción final se comercialice en los EE.UU., y nuestra capacidad adquisitiva se reduce ostensiblemente al negársenos adquirir mercancías que contenga un 10 % de componentes o tecnología de los Estados Unidos.El bloqueo impide también efectuar transacciones financieras con el dólar estadounidense, y prohíbe el acceso a los créditos de los principales organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. La impotencia y la arrogancia de Washington, con el auxilio de la mafia de origen cubana radicada en Miami, ha llevado a los funcionarios de esa nación a fijar sanciones para sus propios ciudadanos si compran productos elaborados aquí, aunque sea en un tercer país o para consumo fuera de las fronteras de los Estados Unidos.

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