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El Reportero del Escambray

Los costos del bloqueo

Con tantos palos que te ha dado Cuba

Con tantos palos que te ha dado Cuba

Por Norland Rosendo González Con siete años en la oficina oval de la Casa Blanca, W. Bush debió haber aprendido algo —un poquito aunque sea—, de cómo nos comportamos los cubanos. Pero nada de eso, se le va a acabar el mandato imperial y tendrá que irse a su rancho de Tejas con las marcas en su espalda de los tantos palos que le ha dado Cuba.

Porque el muchacho no tiene suerte. Trató siempre de aislar a La Habana y terminó por quedarse solo él. Con su discurso incoherente y tartamudo, escrito por la gente de Miami, que lo sentó a la diestra del diablo y le dijo que era Dios. Pobre Bush, no supo diferenciar a uno del otro. Su talento no le alcanzó para eso.

Ahora volvió a la ONU a coger 184 cujazos de tabla de palma, que le sonaron fuerte en su endeble cerebro, pues contenían el coraje y la hidalguía de un pueblo que no cede ni piensa siquiera abandonar el rumbo del Socialismo.

Y todos los golpes cayeron sobre él. Todos a la vez. Bush no aprende. Desde 1992, el mundo ha votado contra el bloqueo económico, financiero y comercial que Washington mantiene contra Cuba. Aquella vez, 59 países condenaron la política hostil de asedio. Ahora, 184.

No queda chantaje que no hayan intentado. Presiones diplomáticas y no tan diplomáticas. Suspensiones de «ayudas». Cancelación de negocios. Amenazas, boicots, congelación de fondos. Caritas de malos amigos: «flor amarilla, flor colorada, sin no votas conmigo, serás tierra ocupada».

Así y todo, el mundo en bloque les ha rechazado el bloqueo. Pero Bush no aprende, y unos días antes de la votación en la Asamblea General de la ONU, dictó una de sus «doctas» conferencias sobre cómo lograr la transición hacia la democracia en Cuba.

Fue un discurso muy aplaudido… en Miami. Allí donde el tiempo se detuvo en 1959. Y a Bush le dijeron que más de medio mundo lo había aplaudido también. Esa noche durmió tranquilo.Pero la fiesta le duró poco. Este martes, su eterna pesadilla del Continente: Cuba, le volvió a sonar unos cuantos palos en el lomo y le siguió haciendo añicos su discurso por la (anti)democracia. No quedó una frase que no fuese respondida por la gente que vive en este archipiélago. Y ahora, para mayor pesadilla del emperador, 183 países se atrevieron a contradecirlo.

Los halcones piensan y piensan —por ellos y por él—, y no encuentran la fórmula para quebrar la resistencia de los cubanos y detener el empuje de la Revolución, que se desborda y se expande por América. Al sur del Río Bravo la gente ha cambiado el norte de su rumbo, y ya son menos los que acuden a pedir migajas a la Casa Blanca.

«Es culpa de Cuba», dicen los «apóstoles» del Señor emperador, y ahí mismo se le renueva el dolor de cabeza a Bush. Otra vez, Cuba. «Y nosotros, los dueños del destino del universo, los guerreros contra la paz, los hijos del diablo, ¿qué vamos a hacer para impedir que su ejemplo se propague?», se pregunta el Señor emperador.

Nadie responde. Silencio. Con tantos palos que te ha dado Cuba y aún te atreves. Qué poco has aprendido de nosotros.

Cuéntalo, para que quienes te releven no pifien igual, ni tengan que soportar sobre sus espaldas los cujazos de una palma entera que dice mucho de la altura y la hidalguía de los cubanos. Con bloqueo y sin él.

Otra victoria de Cuba contra el bloqueo en la ONU

La Asamblea General de las Naciones Unidas condenó este miércoles en Nueva York, el bloqueo que durante 48 años mantiene el gobierno de los Estados Unidos contra el pueblo de Cuba, cuando 183 naciones respaldaron la resolución que llama a poner fin a esa inhumana política. Esta victoria, la decimoquinta de manera consecutiva, superó en un voto los resultados del 2005. Estados Unidos, Israel, Islas Marshall e Islas Palau votaron en contra, y Micronesia mantuvo la abstención. El triunfo fue doble porque, como denunciara el Ministro Cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, por primera vez desde que en 1992 se presenta el tema, el gobierno de los Estados Unidos intentó sabotearlo a través de una moción modificatoria del proyecto de condena al bloqueo. Trató de que un gran número de delegaciones se abstuvieran o se retiraran. Trató de distraer la atención del tema principal y decretó que la delegación de Australia presentara el proyecto de Enmienda elaborado en Washington, con acusaciones contra la Cuba referentes a los derechos humanos.El canciller denunció la actitud lacaya del gobierno australiano, que se ha plegado a la Casa Blanca en la guerra contra Iraq y al permintir las cárceles ilegales y las torturas contra prisioneros, incluso de esa nacionalidad.Al introducir el tema en el plenario,  Felipe Pérez Roque, hizo referencia al Informe: Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba, presentado por su país a la Asamblea.En su intervención expresó que la política norteamericana constituye un acto de genocidio, e hizo una amplia referencia al carácter extraterritorial de su aplicación.Dirigiéndose a los representantes de las naciones miembros de la ONU, señaló cómo sus propios países sufren los efectos del bloqueo. Citó medidas, por ejemplo, la prohibición de exportar a los Estados Unidos productos con materia prima cubana, y de exportar a Cuba mercancías con más de un 10 % de componentes estadounidenses.Al hacer referencia a las palabras del representante norteamericano, el jefe de la delegación cubana afirmó que este mintió al expresar, entre otros argumentos, que el bloqueo es un tema bilateral, y que Cuba puede comerciar con otros países lo que le está negado por la Casa Blanca. Sobre la afirmación de que Cuba utilizaba el bloqueo como pretexto para justificar sus dificultades, preguntó a los Estados Unidos que, si es así, por qué no nos quitan el pretexto.El ministro de Relaciones Exteriores denunció la injerencia extrema demostrada por el gobierno de George W. Bush a través del Plan sobre la reconquista de Cuba aprobado en mayo de 2004 y ampliado en julio de 2006.La invasión y la destrucción del archipiélago constituyen premisas para la aplicación de esos proyectos yanquis, sin descartar la tortura y el asesinato. Para eso —señalo—  constituye prioridad de Washington la creación de un aparato represivo para sofocar la interminable resistencia del pueblo cubano, y hasta de un servicio central de adopción de niños para entregar a familias en los Estados Unidos y de otros países a los infantes cuyos padres resulten muertos en la pretendida reconquista.Un contundente rechazo internacional sufrieron estos planes, con el respaldo que la humanidad dio este 8 de noviembre a la resolución que condena el bloqueo contra Cuba. ANTERIORES VOTACIONES  
Años     A FAVOR         EN CONTRA   AUSENCIA       ABSTENCIÓN
1992           59                    3                46                    71 
1993           88                    4                35                    57 
1994          101                   2                33                    48 
1995          117                   3                27                    38 
1996          137                   3                20                    25 
1997          143                   3                22                    17 
1998          157                   2                14                    12 
1999          155                   2                23                      8 
2000          167                   3                15                      4 
2001          167                   3                16                      3 
2002          173                   3                11                      4 
2003          179                   3                  7                      2 
2004          179                   4                  7                      7 
2005          182                   4                  4                      1 
 

El bloqueo económico a Cuba es un acto de genocidio

A pesar de los cuantiosos costos ocasionados, esa política genocida cuenta cada vez con menos apoyo en el mundo y no ha logrado quebrar a la Revolución Socialista cubana.  

Por Norland Rosendo González

A pesar del rechazo universal, expresado anualmente por la Asamblea General de la ONU, el gobierno de los Estados Unidos no ceja en su empeño de intentar destruir a la Revolución cubana mediante el más prolongado y genocida bloqueo económico, financiero y comercial que haya conocido la humanidad.De acuerdo con el Informe secreto del subsecretario del Departamento de Estado para Asuntos Interamericanos, Lester D. Mallory, desclasificado en 1991, la fórmula no puede ser más cínica y maquiavélica: «(…) a través del desencanto y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas (…) negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno (…)»Ejecutado sin el éxito deseado por diez administraciones de Washington, el bloqueo está tipificado como un acto de genocidio, en virtud del inciso (c) del artículo II de la Convención de Ginebra para la Prevención y la Sanción del delito de Genocidio, del 9 de diciembre de 1948 y constituye, por tanto, un delito de Derecho Internacional. Dicha Convención define como tal a «(...) los actos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso», y en esos casos contempla «el sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial».No existe ley del Derecho Internacional que justifique el bloqueo en tiempos de paz. Desde 1909, en la Conferencia Naval de Londres, quedó definido como principio que el «bloqueo es un acto de guerra» y su empleo es posible únicamente entre los beligerantes.Por esa arbitraria y unilateral decisión de asfixia económica, cálculos conservadores valoran en más de 86 mil millones de dólares los perjuicios ocasionados a Cuba. Nuestro país no puede exportar mercancías para el mercado de los EE.UU., a pesar de la proximidad geográfica (90 millas del sur del estado de la Florida), lo que obliga a realizar largas travesías hacia Europa y Asia, con costos adicionales por concepto de los fletes y transportación. En los Estados Unidos existen clientes interesados en el níquel, el cobalto, el tabaco, el azúcar, entre otros productos, reconocidos por su excelente calidad, pero la arbitraria política de bloqueo impide las transacciones comerciales.Tampoco se puede vender materia prima a empresas extranjeras cuya producción final se comercialice en los EE.UU., y nuestra capacidad adquisitiva se reduce ostensiblemente al negársenos adquirir mercancías que contenga un 10 % de componentes o tecnología de los Estados Unidos.El bloqueo impide también efectuar transacciones financieras con el dólar estadounidense, y prohíbe el acceso a los créditos de los principales organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. La impotencia y la arrogancia de Washington, con el auxilio de la mafia de origen cubana radicada en Miami, ha llevado a los funcionarios de esa nación a fijar sanciones para sus propios ciudadanos si compran productos elaborados aquí, aunque sea en un tercer país o para consumo fuera de las fronteras de los Estados Unidos.

Los costos torpes de un lujo

Los costos torpes de un lujo

El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba afecta a la producción de tabaco, un rubro en el cual los productores de la Isla descuellan por la calidad de sus cosechas, y los fumadores del imperio están imposibilitados de disfrutar los habanos por las leyes arbitrarias e irracionales de su gobierno.

Por Norland Rosendo González

Hace unos días estaba en la casa de un amigo campesino, y para la sobremesa, tras el almuerzo, prendió un tabaco. Uno de factura propia, como suele decir él, hecho con las mejores hojas de su cosecha, y al estilo de los mosquetes empleados en la conquista de América: largo y de diámetro exagerado.

«Tan sabrosos que son y tan caros que están saliendo últimamente», aseveró mientras le prendía candela.Y ese fue el detonante para una larga conversación sobre los costos de una vega. Desde los semilleros hasta la estadía en las casas de curación, en todas las etapas productivas influye el bloqueo económico de los Estados Unidos contra nuestro país.

Una simple hojeada a las cuentas acumuladas por él, por primera vez solo en estos trajines tabacaleros que aprendió de su padre, delata los elevados precios de la mayoría de los productos imprescindibles para lograr altos rendimientos y la máxima calidad.Su plan de siembra está fijado en 20 mil posturas, las cuales deben cubrir 0,044 caballerías.

Para plantarlas requiere cuatro sacos (200 kilogramos en total) de un fertilizante que contiene varios ingredientes importados, y cada saco lo tiene que comprar a 11,18 pesos cubanos convertibles (CUC). Multiplicado por cuatro, el número llega a 44,72 CUC.

En una segunda etapa, debe aplicar otro abono con algunos de esos mismos elementos adquiridos en el mercado foráneo, y cada uno de los tres sacos que necesita de la nueva fórmula le importa 12,79 CUC.El millar de posturas está valorado en 1,95 CUC (ello implica los gastos de combustible, fertilizante, pesticida y transporte, todos adquiridos de una manera u otra en el extranjero). Si multiplica por 20, la cuenta, solo por la simiente, se eleva a 39 CUC.

Hasta ahí la suma de gastos en moneda libremente convertible de mi amigo marca 121,82 pesos.Y no hemos hablado del alambre para cercar, las limas, los machetes, las cuchillas de cortar tabaco, las mangueras de diferentes diámetros para regar las plantaciones, las rejas de arados, las puntillas, y mucho menos de los neumáticos de los tractores.

Todos esos recursos se encarecen por los avatares para adquirir en el exterior la materia prima o los productos ya terminados.A estas alturas de cuentas, ya casi fumada la breva de sinuosas volutas grises, empezamos a hurgar en por qué estos precios, y llegamos, entre otras causas, a los costos originados por el bloqueo en la comercialización con el extranjero.

Pasamos revista a la transportación —ya sea marítima o aérea—, a la imposibilidad de comprar en los Estados Unidos, a la ausencia de créditos en los principales bancos internacionales, a los subterfugios para que Washington no identifique los proveedores, sobre quienes suele ejercer presiones, e incluso vergonzosos chantajes… Con razón, los efectos en este renglón de la agricultura de la guerra económica del binomio Washington-Miami contra Cuba, se valoran en 12 millones de dólares anuales en el tabaco en rama y 106 millones en el torcido.

Cabría preguntarse, entonces, ¿cuánto menos le costaría a mi amigo la vega si no hubiera que hacer los gastos provocados por el bloqueo?, ¿cuánto más se produciría?, ¿qué cantidad adicional de divisas le entraría al país?...Pero él se puede dar el lujo de fumar el mejor tabaco del mundo. Los norteamericanos, por su parte, no tienen derecho a ese privilegio, por la misma política torpe de su Gobierno.

De acuerdo con las leyes del bloqueo, los EE. UU. multan con 250 mil dólares y hasta diez años de prisión al ciudadano de esa nación que compre un puro cubano, aunque se lo fume fuera del país.A esas alturas del debate, con el tabaco reducido a cenizas y los ojos de mi amigo clavados en la superficie de tierra lista para plantar mañana las primeras posturas de la solanácea, ironizamos con la anécdota de que Kennedy estampó, en 1962, la firma que decretaba oficialmente el bloqueo solo después de que su ayudante le había comprado una cantidad significativa de puros habanos.

Seguro que los fumó a escondidas, el pobre. Se privó, a partir de esa insensata rúbrica, de un lujo de exquisita voluptuosidad, «aunque dañe la salud», rió mi interlocutor, y empezó a liar el «mosquete» que prendería por la noche.

Los costos del bloqueo de Estados Unidos en la agricultura de Cuba

La agricultura, un sector cuyo desarrollo es clave para la producción de alimentos y en consecuencia, para lograr una mejor calidad en la alimentación del pueblo cubano, sufrió afectaciones por el bloqueo estadounidense que alcanzaron un monto de 108.5 millones de dólares.La exportación de frutas tropicales cubanas hacia los Estados Unidos constituía un renglón tradicional en nuestras exportaciones antes de 1959. Si se toma en cuenta las ventajas arancelarias que ofrece Estados Unidos a las importaciones de frutas, Cuba pudiera exportar hacia ese país 13 mil toneladas de aguacate, mango, coco y papaya, entre otras, con un valor aproximado de 25 millones de dólares.En la exportación de los productos citrícolas y sus derivados se registran pérdidas por concepto de precio y flete, valoradas en 4.5 millones de dólares anuales. Aproximadamente el 50% de las exportaciones actuales podrían situarse en el mercado de Estados Unidos, entre otras razones, por las diferentes fechas en que se realizan las cosechas de toronja en Cuba y en la Florida, lo que permitiría el acceso del producto cubano sin competir con el doméstico. Las semillas de papa deben ser importadas pagando fletes un 50% más caro que si fueran compradas en el mercado estadounidense. Solo por este concepto, Cuba podría sembrar 2 300 hectáreas más y adquirir, como mínimo, 57 mil toneladas adicionales, lo que redundaría en beneficio del consumo para la población.Asimismo, el bloqueo impide el acceso de la producción animal de Cuba a las tecnologías más avanzadas en materia de alimentación animal desarrolladas por los Estados Unidos. Si los agricultores cubanos tuvieran acceso a dichas tecnologías podrían, con la actual masa de aves en producción, incrementar en 291 millones de unidades la producción de huevos y en 8 800 las toneladas de carne de ave.El costo directo del bloqueo en la producción avícola asciende a los 59.6 millones de dólares anuales. Solo por  tener que adquirir las materias primas para piensos avícolas en mercados distantes, este sector incurre en gastos adicionales superiores a los 10 millones de dólares.Igualmente, las restricciones impuestas a Cuba para la adquisición de combustibles, piezas de repuesto para equipos agrícolas, transporte de carga, medios para la protección de plantas y fertilizantes, inciden negativamente en los rendimientos de las producciones agrícolas y pecuarias. El país debe importar anualmente cerca de 35 mil neumáticos de diferentes tipos, el 80% de los cuales procede de Asia y el resto de Europa del Este, lo que provoca pérdidas de cerca de medio millón de dólares solo por concepto de fletes.El servicio veterinario también es afectado por las presiones que las autoridades norteamericanas ejercen para obstaculizar la adquisición de materias primas para la producción de medicamentos, equipos y kits diagnósticos, estos últimos producidos únicamente por firmas norteamericanas en la mayoría de los casos. Estas medidas inciden directamente sobre el enfrentamiento a las plagas que afectan a la masa animal cubana, algunas de ellas introducidas en el país, como consecuencia de agresiones biológicas norteamericanas. Enfrentar solamente dos de estas plagas: la Dermatosis Nodular Bovina y la Varroasis en las abejas, cuesta al país cerca de un millón de dólares anualmente.