Mi trinchera es el surco
Por Norland Rosendo González
A sus 85 años de edad, Justino González Pérez no conoce todavía el descanso laboral. Y ahora que Fidel le pidió al pueblo en la Proclama seguir trabajando mucho y bien mientras se recupere de su enfermedad, Justino parte cada amanecer un poquito más temprano, guataca o machete en mano, rumbo a los predios de la Cooperativa de Producción Agropecuaria «Jesús Menéndez», en las estribaciones del Escambray, para cumplir con ese pedido del Comandante.«Él es cinco años menos viejo que yo, pero tiene el ánimo y el espíritu de un muchacho. Al mundo le hace falta que Fidel siga en el combate de las ideas, con su ejemplo y su pensamiento, y la mejor ayuda que le podemos dar los cubanos para que se restablezca es continuar la vida con total normalidad, tranquilos y serenos.
«Por eso yo no voy a salir del surco hasta que vea avances en el trabajo, y trataré de hacer un poquito más de la norma, porque ese será mi aporte a su salud.
«Si él que tiene tantas responsabilidades nunca ha hablado de retirarse, cómo lo voy a hacer yo que soy un simple agricultor. Y menos ahora, que mi trinchera es el surco», aseveró.
«Como esas, y apunta para las matas recién cortadas, son la gente de Miami que festeja la enfermedad de Fidel. Qué monstruos, qué poco aman la vida de un ser humano, están hechos con la misma tripa de calabaza del presidente de ese país, George W. Bush».
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