Blogia
El Reportero del Escambray

La obra de la Revolución

¿Quiénes son nuestros diputados?

 

Por Norland Rosendo González

 

Los diputados cubanos son gente sencilla y humilde. Uno los puede encontrar en la calle, en la parada de los ómnibus, en la cola de los estanquillos donde se expenden los periódicos, en las gradas de los estadios de béisbol; o en las comunidades conversando con sus electores, de tú a tú, sin burocracia, ni jerarquías.

 

En cualquier lugar, por inimaginable que parezca, están nuestros parlamentarios. Probablemente donde menos se localicen sea en los medios de comunicación. Ellos no requieren de la propaganda, de las caras maquilladas y las sonrisas fingidas para tener un escaño en el máximo órgano legislativo de la República.

 

Tampoco existen los discursos electoreros saturados de promesas y de cambios imposibles. Esos esquemas —típicos de los períodos precedentes a la Revolución, y que jamás reportaron beneficios para las mayorías desposeídas—, han quedado para la historia de los procesos eleccionarios en Cuba, como testimonios de la nulidad democrática.

 

Nuestra Asamblea Nacional del Poder Popular está integrada por hombres y mujeres de todas las regiones del país. Incluso, aquellas más postergadas de las montañas cuentan con sus representantes. Los hay campesinos, deportistas, maestros, estudiantes, artistas, ministros, científicos y religiosos. La pluralidad intelectual lejos de coartar el buen desempeño de sus funciones, acrecienta sus potencialidades, su legitimidad y el horizonte de los análisis y debates.

 

Los parlamentarios cubanos no reciben beneficios personales ni gratificaciones económicas por esa condición, mantienen su vínculo laboral o estudiantil a la par que ejercen sus funciones parlamentarias. Se caracterizan por la austeridad, la nobleza, el prestigio y la honestidad. En ellos prima un profundo compromiso con su pueblo y con el proceso revolucionario que se desarrolla en el país, a la vez que saben, y actúan en correspondencia con la responsabilidad sociopolítica que implica el cargo.

 

Las sesiones son públicas, salvo que la propia Asamblea apruebe la celebración de debates a puertas cerradas por interés estatal. Anualmente se desarrollan dos períodos de encuentros ordinarios, además de los extraordinarios que se necesiten. El Presidente, Vicepresidente y Secretario del Parlamento de la Isla son elegidos por los propios diputados mediante el voto libre, directo y secreto cada cinco años, período para el cual se constituyen las legislaturas.

 

Así mismo se eligen, por igual procedimiento, los miembros del Consejo de Estado, que representa al máximo órgano legislativo cuando este no está reunido. El Presidente del Consejo de Estado también es constitucionalmente el Presidente del Consejo de Ministros, función que desempeña desde 1976 el compañero Fidel Castro Ruz.

 

Hasta el cincuenta por ciento de los diputados cubanos resultan delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular, genuinos líderes de las comunidades donde habitan. El resto lo integran personalidades y dirigentes que por sus responsabilidades no pueden ejercer como delegados en sus barrios. Todos los candidatos se someten a votación popular.

 

La confianza depositada por los electores en sus representantes se refleja en los altísimos índices de asistencia a las urnas, para ejercer el derecho al sufragio sin ningún tipo de presión. En Cuba el abstencionismo es insignificante, una cifra verdaderamente irrisoria si se compara con los indicadores mundiales. Habría que preguntarse entonces dónde está la ausencia de los principios democráticos que cacarean nuestros enemigos.

 

Nuestra fórmula está basada en la participación ciudadana, la diafanidad en el proceso, los méritos y el prestigio de los elegidos. Nuestros diputados no legislan para elites, ni responden a intereses individuales, es por eso que siempre acuden a sus electores para intercambiar, promover debates, explicar sus gestiones, pulsar el estado de opinión de quienes son su verdadera razón de ser. Además, ellos son parte de esa comunidad que los eligió, y no lo olvidan, porque pueden ser revocados por ellos, la mayor vergüenza que sufriría un parlamentario cubano.

 

Nuestra democracia es así, la esencia está en la base.

Lo que se impone de inmediato es una Revolución Energética

Reflexiones de Fidel Castro, en vísperas de los festejos por el Primero de Mayo Nada me anima contra Brasil. Para no pocos brasileños, sobre los que no cesan de martillar argumentos en un sentido u otro, capaces de confundir a personas tradicionalmente amigas de Cuba, pareceríamos aguafiestas a los que no les importa perjudicar el ingreso neto de moneda exterior de ese país. Guardar silencio sería para mí optar entre la idea de una tragedia mundial y un supuesto beneficio para el pueblo de esa gran nación.No voy a culpar a Lula y a los brasileños de las leyes objetivas que han regido la historia de nuestra especie. Apenas han transcurrido siete mil años desde que el ser humano dejó huellas palpables de lo que llegó a ser una civilización inmensamente rica en cultura y conocimientos técnicos. Sus avances no se lograron al mismo tiempo ni en el mismo lugar de la geografía. Puede afirmarse, que debido a la inmensidad aparente de nuestro planeta, en muchos casos se desconocía la existencia de una u otra civilización. Jamás durante miles de años el ser humano vivió en ciudades de veinte millones de habitantes como Sao Paulo o Ciudad México, o en comunidades urbanas como París, Madrid, Berlín y otras que ven transitar trenes sobre rieles y colchones de aire, a velocidades de más de 400 kilómetros por hora.En la época de Cristóbal Colón, hace apenas 500 años, algunas de esas ciudades no existían o no sobrepasaba su población la cifra de varias decenas de miles de habitantes. Ninguna gastaba un kiloWatt para iluminar sus hogares. Posiblemente la población del mundo no rebasaba entonces los 500 millones de habitantes. Se conoce que en 1830 alcanzó los primeros 1 000 millones, ciento treinta años después se multiplicó por tres, y cuarenta y seis años más tarde la suma de los habitantes del planeta se elevó a 6 500 millones, en su inmensa mayoría pobres, que deben compartir los productos alimenticios con los animales domésticos y de ahora en adelante con los biocombustibles.La humanidad no contaba entonces con los avances de la computación y los medios de comunicación alcanzados en la actualidad, aunque sí habían estallado ya las primeras bombas atómicas sobre dos grandes comunidades humanas, en lo que constituyó un brutal acto de terrorismo contra población civil indefensa, por razones estrictamente políticas.Hoy el mundo cuenta con decenas de miles de bombas nucleares cincuenta veces más poderosas, con portadores varias veces más veloces que el sonido y de una precisión absoluta, con las cuales nuestra sofisticada especie puede autodestruirse. A finales de la Segunda Guerra Mundial, que libraron los pueblos contra el fascismo, surgió un nuevo poder que se adueñó del mundo e impuso el actual orden absolutista y cruel.Antes de viajar Bush a Brasil, el jefe del imperio estableció que el maíz y otros alimentos serían la materia prima adecuada para producir biocombustible. Lula por su parte declaró que, a partir de la caña de azúcar, Brasil podía suministrar el que fuese necesario; veía en esta fórmula un porvenir para el Tercer Mundo, y el único problema pendiente de solución sería mejorar las condiciones de vida de los trabajadores cañeros. Bien consciente estaba, y así lo declaró, que Estados Unidos por su parte debía suspender las barreras arancelarias y los subsidios que afectan la exportación del etanol a Estados Unidos. Bush respondió que las tarifas y los subsidios a los agricultores eran intocables en un país como Estados Unidos, primer productor mundial de etanol a base de maíz.Las grandes transnacionales norteamericanas productoras de ese biocombustible, que invierten aceleradamente decenas de miles de millones de dólares, le habían exigido al jefe del imperio la distribución en el mercado norteamericano de no menos de treinta y cinco mil millones (35 000 000 000) de galones de ese combustible cada año. Entre tarifas protectoras y subsidios reales la cifra por año ascenderá a casi cien mil millones de dólares.Insaciable en su demanda, el imperio había lanzado al mundo la consigna de producir biocombustibles para liberar a Estados Unidos, el mayor consumidor mundial de energía, de cualquier dependencia exterior en materia de hidrocarburos. La historia demuestra que el monocultivo cañero estuvo asociado estrechamente a la esclavitud de los africanos, arrancados por la fuerza de sus comunidades naturales y trasladados a Cuba, Haití y otras islas del Caribe. En Brasil ocurrió exactamente igual con el cultivo de la caña.Hoy en ese país, casi el 80% de la caña se corta manualmente. Fuentes y estudios aportados por investigadores brasileños afirman que un cortador de caña, trabajador a destajo, debe producir no menos de doce toneladas para satisfacer necesidades elementales. Ese trabajador necesita efectuar 36 630 flexiones de piernas, recorrer pequeños trayectos 800 veces cargando 15 kilos de caña en los brazos y caminar en su faena 8 800 metros. Pierde un promedio de 8 litros de agua cada día. Solo en caña quemada se puede alcanzar esa productividad por hombre. La caña de corte manual o mecanizado se suele quemar para proteger al personal de mordidas o picadas dañinas y sobre todo para elevar la productividad. Aunque exista una norma establecida de 8 de la mañana a 5 de la tarde para realizar su tarea, ese corte a destajo no escapa de las 12 horas de trabajo. La temperatura en ocasiones alcanza los 45 grados centígrados al mediodía. Yo personalmente he cortado caña no pocas veces por deber moral, igual que otros muchos compañeros dirigentes del país. Recuerdo el mes de agosto de 1969. Escogí un lugar próximo a la Capital. Me movía bien temprano cada mañana hacia allí. La caña no quemada era verde, de variedad temprana y alto rendimiento agrícola e industrial. No cesaba de cortar un minuto durante cuatro horas consecutivas. Alguien se encargaba de afilar el machete. Ni una vez dejé de producir un mínimo de 3,4 toneladas diarias. Luego me bañaba, almorzaba sosegadamente y descansaba en un lugar muy próximo. Gané varios bonos por la famosa zafra del 70. Tenía entonces 44 años recién cumplidos. El resto del tiempo, hasta la hora de dormir, lo dedicaba a mis deberes revolucionarios. Detuve aquel esfuerzo personal cuando me ocasioné una herida en el pie izquierdo. El afilado machete había penetrado en la bota protectora. La meta nacional era de 10 millones de toneladas de azúcar y 4 millones de toneladas de melaza aproximadamente, como subproducto. Nunca se alcanzó, aunque nos acercamos a ella.La URSS no había desaparecido, parecía algo imposible. El período especial, que nos llevó a una lucha por la supervivencia y a las desigualdades económicas con sus elementos de corrupción inherentes, no había surgido. El imperialismo creyó que había llegado la hora de rematar a la Revolución. También es honesto reconocer que en los años de bonanza aprendimos a derrochar y no fue poco el grado de idealismo y de sueños que acompañaron a nuestro heroico proceso.Los grandes rendimientos agrícolas de Estados Unidos se lograron mediante la rotación de las gramíneas (maíz, trigo, avena, mijo y otros granos similares) con las leguminosas (soja, alfalfa, frijoles, etcétera). Estas incorporan nitrógeno y materia orgánica a los suelos. El rendimiento del maíz en Estados Unidos en el año 2005, según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), alcanzó 9.3 toneladas por hectárea. En Brasil solo se logran 3 toneladas de ese grano en la misma área de tierra. La producción total contabilizada de ese hermano país fue ese año treinta y cuatro millones seiscientas mil toneladas, consumido internamente como alimento. No puede aportar maíz al mercado mundial.Los precios de ese grano, alimento principal de numerosos países del área, casi se han duplicado. ¿Qué ocurrirá cuando cientos de millones de toneladas de maíz se dediquen a la producción de biocombustible? Y no voy a mencionar las cantidades de trigo, mijo, avena, cebada, sorgo y otros cereales que los países industrializados utilizarán como fuente de combustible para sus motores.A esto se añade que es muy difícil para Brasil llevar a cabo la rotación del maíz con leguminosas. De los estados brasileños que tradicionalmente lo producen, ocho de ellos son responsables del noventa por ciento de la producción: Paraná, Minas Gerais, Sao Paulo, Goias, Mato Grosso, Río Grande do Sul, Santa Catarina y Mato Grosso do Sul. Por otro lado, el 60% de la producción de caña de azúcar, una gramínea que no puede rotarse con otros cultivos, se lleva a cabo en cuatro Estados: Sao Paulo, Paraná, Pernambuco y Alagoas. Los motores de tractores, máquinas cosechadoras y los medios pesados de transporte para mecanizar la cosecha, gastarían hidrocarburos en cantidades crecientes. El incremento de la mecanización nada ayudaría a evitar el calentamiento del planeta, algo que está probado por los especialistas que miden la temperatura anual desde hace más de 150 años.Brasil sí produce un excelente alimento especialmente rico en proteína, la soja: cincuenta millones ciento quince mil (50 115 000) toneladas. Consume casi 23 millones de toneladas y exporta veintisiete millones trescientos mil (27 300 000). ¿Es que acaso una parte importante de esa soja se va a convertir en biocombustible? En lo inmediato los productores de carne bovina comienzan a quejarse de que los terrenos sembrados de pastos se están transformando en cañaverales.El antiguo Ministro de Agricultura de Brasil, Roberto Rodrigues, importante defensor de la actual línea gubernamental y hoy co-presidente del Consejo Interamericano de Etanol, creado en el 2006 a partir de un acuerdo con el Estado de Florida y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para promover el uso de biocombustible en el continente americano, declaró que el programa de mecanización de la cosecha cañera no genera más empleo, sino que por el contrario se produciría un excedente de personal no calificado. Se conoce que los trabajadores más pobres procedentes de diversos estados son los que acuden al corte de la caña por imperiosa necesidad. En ocasiones, son personas que tienen que separarse muchos meses de sus familiares. Es lo que ocurría en Cuba hasta el triunfo de la Revolución, cuando el corte y alza de la caña era a mano y apenas existía el cultivo y transporte mecanizado. Al desaparecer el brutal sistema impuesto a nuestra sociedad, los cortadores, alfabetizados masivamente, abandonaron su peregrinar en muy pocos años y fue necesario sustituirlos con cientos de miles de trabajadores voluntarios.A esto se añade el último informe de Naciones Unidas sobre el cambio climático, al afirmar lo que ocurrirá en Suramérica con el agua de los glaciares y la cuenca acuífera del Amazonas a medida que la temperatura de la atmósfera siga aumentando.Nada impide que el capital norteamericano y europeo financie la producción de biocombustibles. Podrían incluso regalarles los fondos a Brasil y América Latina. Estados Unidos, Europa y demás países industrializados se ahorrarían más de ciento cuarenta mil millones de dólares cada año, sin preocuparse de las consecuencias climáticas y de hambre, que afectarían en primer lugar a los países del Tercer Mundo. Siempre les quedaría dinero para el biocombustible y adquirir a cualquier precio los pocos alimentos disponibles en el mercado mundial.Lo que se impone de inmediato es una revolución energética que consiste no solo en la sustitución de todas las luminarias incandescentes, sino también en el reciclaje masivo de todos los equipos domésticos, comerciales, industriales, transporte y de uso social, que con las tecnologías anteriores requieren dos y tres veces más energía.Duele pensar que se consumen anualmente 10 mil millones de toneladas de combustibles fósiles, lo cual significa que cada año se derrocha lo que la naturaleza tardó un millón de años en crear. Las industrias nacionales tienen por delante enormes tareas que realizar y con ello incrementar el empleo. Así podría ganarse un poco de tiempo.Otro riesgo de carácter diferente que el mundo corre es el de una recesión económica en Estados Unidos. En los últimos días los dólares han roto récord de pérdida de valor. Con esa moneda de papel y los bonos norteamericanos están constituidas la mayor parte de las reservas en divisas convertibles de todos los países. Mañana Primero de Mayo es un buen día para hacer llegar estas reflexiones a los trabajadores y a todos los pobres del mundo, junto a la protesta contra algo también increíble y humillante que ha ocurrido: la liberación de un monstruo del terrorismo, precisamente al cumplirse el 46 Aniversario de la Victoria Revolucionaria de Playa Girón.¡Prisión para el verdugo!¡Libertad para los Cinco Héroes!

Dedicada al Che Jornada por el Día de la Prensa Cubana

Dedicada al Che Jornada por el Día de la Prensa Cubana

 Por Norland Rosendo González

La Jornada por el Día de la Prensa comenzó en Villa Clara, provincia ganadora de la sede del acto nacional del 14 de marzo, con humor y reflexión, dos de las cualidades que más distinguen al quehacer periodístico del territorio.Los profesionales del sector aquí coincidieron en dedicar las actividades al Guerrillero Heroico, Ernesto Che Guevara, de quien se conmemorará este año cuatro décadas de su caída en combate en Bolivia. Pedro Méndez exhibió en el lobby de la sede del Partido provincial una muestra de caricaturas sobre deformaciones e insatisfacciones en el cumplimiento de la política informativa, con una seria agudeza que reflejan que el humor y la sátira tienen que ser a la sociedad como un látigo, con cascabeles en la punta, al decir de Martí.Justo fue esa exposición el punto de partida para un análisis del periodismo que hacemos y las estrategias existentes en el país para elevar la calidad de los materiales y favorecer la gestión de los profesionales de la prensa.Alfonso Borges, acompañado de Omar Ruiz Martín, primer secretario del PCC en la provincia; Tubal Páez Hernández, presidente nacional de la UPEC, y otros dirigentes políticos de Villa Clara, abordó la necesidad de una lucha permanente contra el periodismo plano, intrascendente, que no imprime a cada edición su sello propio. Para ello, puntualizó, se debe asegurar la participación creadora en el planeamiento editorial y temático de todo el colectivo de cada órgano de prensa, una adecuada planificación de los contenidos, que cierre el paso a la improvisación.Asimismo, convocó a desplegar todas las potencialidades posibles en el combate ideológico que se sostiene en Internet, un campo estratégico para defender a la Revolución de las calumnias y desinformaciones originadas en los centros hegemónicos de poder mediático.Hasta el día 14 se desarrollará un programa de actividades que incluyen encuentros con estudiantes, periodistas del territorio y premios nacionales del sector, así como recorridos por varios órganos de prensa y comunidades de la provincia. Durante la jornada serán reconocidos los profesionales de los distintos medios que ejercen la docencia. También está previsto un coloquio sobre el Che periodista, un encuentro de corresponsales de guerra, y la premiación del concurso radial Enrique Fernández In Memóriam.El propio 14 será cancelado un sello postal alegórico a la fecha, y en horas de la tarde se efectuará el acto central, al cual están invitadas representaciones de las provincias y delegaciones de la UPEC que ocuparon lugares destacados en la emulación del gremio.  

En la cima de la Feria

En la cima de la Feria  Por Norland Rosendo González

Foto: Ramón Barreras Valdés

La Feria del Libro llegó a las nubes. Y no lo hizo en avión. Una vez en mulo y otra en barco. Así recorrió parajes del Escambray que están muy próximos al cielo, donde la gente aguardaba desde muy temprano por la gran fiesta de la literatura.Al mediodía ya la neblina comienza a vestir las montañas; y si en el llano no llueve hace un tiempo, allá arriba resulta difícil que transcurra una semana sin los habituales aguaceros. Pura naturaleza, que quizás inspire el próximo poema de Israel Domínguez, el único autor que se embarcó en la lancha para vivir al otro lado del lago Hanabanilla, en la comunidad El Naranjito, la aventura de leer fragmentos de su obra Después de acompañar a William Jones, en un lugar pleno de espiritualidad, como lo calificara él mismo.En Guaniquical —nombre que parece de una aldea maya— fue la primera parada de la embarcación Turquino. Y bajo una mata de mangos, justo en la pendiente que sirve de frontera al embalse, Marta Rodríguez García compró Cien Horas con Fidel. «Había más gente esperando, pero como ustedes se demoraban fueron a almorzar. Yo no, yo dije que no me movía de aquí hasta que tuviera en mis manos este libro.«No saben el tiempo que llevaba esperando por una oportunidad así, porque me fascina la vida del Comandante. Y mire usted dónde pude adquirirlo, en mi propia casa. Qué privilegios ofrece esta Revolución», expresó.Absortos, como Cristóbal Colón cuando avistó las bellezas exuberantes de las tierras americanas, quedó la embajada cultural al anclar en El Naranjito. Los ojos se pierden en la inmensidad del lago y la virginidad de las lomas, y el descubrimiento no fue solo de la geografía, sino la novedad musical del Quinteto Él, un hombre que toca cinco instrumentos a la vez y canta, improvisa y hace bailar a toda la gente del lugar.Lino Pérez de Armas es el genio de ese cajón de madera que saca notas de merengue, sones, guarachas y punto cubano con el movimiento de los pies y las manos. Así hace sonar güiro, maraca, cencerro, marímbula y tres. Y mientras sobre dos mesas se abría la Feria dentro de en un criollo caney de guano, él tocó y cantó a voz en cuello para que la fiesta de la literatura tuviese la sensación de la auténtica cubanía.Ni siquiera la llovizna de la tarde pudo impedir el jolgorio ni que los botes de los lugareños, anclados allí desde hacía horas, regresaran a sus hogares con una carga inusual: libros.Por la otra falda del Escambray no hay lagos, solo trillos y caminos por los cuales apenas transitan los mulos y, si no llueve, los tractores y algún que otro carro de montaña. Hasta allá también fue la Feria.En Aguas Claras, a 750 metros sobre el nivel del mar, está la cima de la gigantesca carpa que es Villa Clara esta semana. A lomo de un arria de mulas subieron las cajas con los textos, por una pendiente de más de tres kilómetros que les ponen de punta las cabelleras a las mujeres y les encogen la virilidad a los hombres. Allí, la mayoría de las montañas quedan bajo los pies de uno, y Jibacoa parece una diminuta mancha blanca allá abajo. La brisa bate fuerte y las nubes están casi al alcance de las manos.En la escuelita rural Niceto Pérez García se hallan reunidas las familias. En el portal «se monta el quiosco» y los cuatro alumnos tienen el privilegio de inaugurarlo. ¡Comenzó la Feria en Aguas Claras! El mediodía es cálido, a pesar de que durante la mañana no se veía el sol. Aliesky Chávez de Armas tiene 8 años y está en tercer grado,  compró Trenes, de José Antonio Medina. —¿Y por qué ese, si acá arriba no pueden subir?— Por eso, porque solo los veo cuando voy a Santa Clara. Mira qué lindos y grandes, y qué rápido corren.Yeiselín lleva en sus manitos muchos libros: cuentos infantiles, algunos de colorear. Como es tan chiquita, los abraza contra su pecho para que no se les caigan.Erisdany y Liosdany todavía no tienen edad escolar, pero saben hojear, y dejan a un lado la muñeca y el caballo de palo para ver las figuritas y reírse con ellas.  Una mujer compró un recetario de cocina. Todas quieren leerlo. Otra, la más longeva del grupo, acaricia Cien Horas con Fidel. «¡Es mío!, las mejores horas de mi vida han sido con él y la Revolución, y mire que son muchísimas, desde 1959.» De las nubes de la Feria solo se baja con el corazón lleno de emociones y las alforjas del arria casi vacías.

El éxito que disfrutamos

El éxito que disfrutamos

Escrito por Mercedes Rodríguez García, profesora universitaria y colega del periódico Vanguardia

Si triunfamos esta vez, fue porque  hace un año no nos bajamos del   ring. Lo acordamos unánimemente cuando en marzo de 2006   iniciamos en Villa Clara una Jornada por el Día de la Prensa Cubana en la que, aún sin un indicador evaluado de mal, «no haber cogido un lugar» en la emulación, inquietaba tanto como perder.El caricaturista Pedro Méndez Suárez, un supercompleto (por su peso y por su pegada creativa), esa mañana trazó con palabras la estrategia. «Como los boxeadores cubanos en un Mundial, había que salir a noquear, para no dejar duda alguna de nuestra superioridad.»Ese era el camino cierto, por encima de inconformidades con las calificaciones y la ubicación final del territorio. «No podíamos sentirnos ni contentos ni satisfechos. Por ello, junto con el Partido y las direcciones de los medios de prensa, emprendimos un grupo de acciones muy focalizadas, al punto de chequear, miembro a miembro, aspectos vitales relacionados con el aprendizaje del idioma inglés, las nuevas tecnologías, y la superación técnica, cultural y política.»Así consta en las valoraciones enviadas a la Presidencia Nacional de la organización. Y si algún mérito podría atribuírsele a un documento, es el haber resumido, con mayor acierto que el anterior, los muchos resultados de la prensa villaclareña. Porque solo las cuartillas, el sonido y las imágenes diarias de todo un año, hacen que en este 2007 la noticia sobresalga más allá de cifras y hechos.  La Presidencia Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba, en la reunión efectuada el 21 de febrero de 2007, adoptó el acuerdo  de conferir el primer lugar a la delegación provincial de la UPEC en Villa Clara y a la delegación de base del periódico Juventud Rebelde, y que  el acto central por el Día de la Prensa Cubana tendrá lugar en esta provincia, el próximo 14 de Marzo, con la participación de periodistas y trabajadores de la prensa de esa provincia y una representación de las delegaciones que ocuparon los primeros tres lugares.CONTEO ¿PROGRESIVO?Sí, sobre todo para quienes debíamos aunar, organizar y guiar tanto esfuerzo profesional que el pueblo escucha, ve o lee, a pesar de las inclemencias naturales, materiales y tecnológicas, que todavía no escampan en los medios.La CMHW no dejó de ser la Reina Radial del Centro, aun cuando ya transcurrieron casi seis años desde que su «Palacio» cedió ante el huracán Michelle. Dividida en varias sedes, multiplicó premios en el Festival Nacional de la Radio, y ahora acoge la edición del 2007. Para seguir ganando puntos, varios lauros del Festival de Telecentros: Otra vez en casa, Gran Premio, y hasta los hijos más pequeños de la televisión provincial, TV Sagua, TV Caibarién, se estrenaron con segundo premio y mención, respectivamente.Vanguardia, a pesar de quería más, con su mención en el Festival Nacional de la Prensa Escrita, se mantuvo a la vanguardia de la prensa digital en el país.En el Concurso 26 de Julio, la provincia alcanzó dos premios, a los que se unieron los de Periodismo Histórico y el de la Editorial de la Mujer. El «Primero de Mayo» dejó otros dos, y así fuimos sumando hasta llegar a un total de 41, más 11 menciones, en certámenes de carácter nacional.Puntos internacionales marcaron Alicia Elizundia, de CMHW, con el Premio Iberoamericano de Ética Elena Gil, y Pedro Méndez hizo reír en Turquía, Portugal y hasta en la mismísima China.Entonces, ¿cómo no promover el espíritu de equipo para premiar tanto empeño en este marzo?Después del conteo de protección que nos alertó, todos los meses fuimos «llamados a la esquina» por la Dirección del Partido en la provincia, para pedirnos más y, sobre todo, darnos aliento y exigirnos. Ni cuando el capitán-presidente del equipo de la UPEC en la provincia, Ifraín Sacerio Guardado, sintió afectada su salud, bajamos la guardia. Eduardo Moltó Martorell, a nombre de la vicepresidencia nacional de la UPEC, lo recordaba en entrevista concedida en La Habana a Aldo Isidrón del Valle, Premio Nacional de Periodismo, el día en que se dio a conocer el resultado. Moltó mencionó nombres, a los que agregaríamos tantos, hasta sobrepasar los 164 miembros con que hoy cuenta la delegación provincial. También habría que alzarles la mano a otros nuevos profesionales incorporados a los medios, y a cada trabajador que, aun lejos de la redacción, la cabina o el estudio, son parte de esta Prensa.Con tres nuevos telecentros, corres­pon­salías de la televisión en cada municipio, y la emisora Radio Placetas, crecimos en este año. Martí y el periódico Patria vuelven a ser nuestra inspiración, materializada en la primera graduación (32 alumnos) de la carrera de Periodismo en la Universidad Central de Las Villas, que efectuaremos en julio.Al aprendizaje del inglés hemos tenido que decir mucho más que «yes». Casi el 85 % de nuestros miembros ha cursado alguno de los niveles del aprendizaje de este idioma, y entre los más avanzados, surgió la matrícula inicial del postgrado de Interpretación y Traducción de Textos en esa lengua, iniciativa que ya avanza en su segunda convocatoria.Con las nuevas tecnologías nos fo­gueamos en las viejas, las menos antiguas y las más modernas máquinas (que son las menos). En el ciberespacio yacen nuestros sitios web, las más de 50 páginas personales en las que colegas de todos los medios vierten buen periodismo y el mejor  humor gráfico, además de poner a prueba sus conocimientos en diferentes programas de computación.Esta fue la mejor forma que elegimos para homenajear, en el aniversario 90 de su natalicio, a Roberto González Quesada, el periodista insignia del territorio. A él, y en este año, del aniversario 45 de Vanguardia, dedicamos la concreción de un propósito impulsado por el corresponsal de Radio Reloj, Antonio García Acuña, cuando en noviembre de 2006 inauguramos El Patriarca,  página web de la UPEC de Villa Clara. Allí, a la celebración se irán sumando noticias, como la que llegó este viernes mientras escribía:¡NOTICIAS EN EL CENTRO! Dalia Reyes Perera, periodista de CMHW, acaba de obtener el Premio Anual de Periodismo Juan Gualberto Gómez por su excelente desempeño profesional. La multi­premiada en Festivales Nacionales de la Radio —incluidos Grandes Premios—, el pasado año había recibido mención. «En la muestra analizada se apreció la diversidad de temas de interés nacional y el uso adecuado de los recursos de la radio y los géneros periodísticos.  Teniendo en cuenta los resultados de trabajo que conforman la obra del año 2006 el Jurado acuerda otorgar por mayoría el premio a Dalia Reyes Perera de la emisora CMHW de Villa Clara» —concluye el sitio www.cubaperiodistas.cu.Dalia es una de los 12 profesores adjuntos que llevan adelante la carrera. Por eso no fue casual que la primera felicitación le llegara de sus alumnos. Otra noticia vino este viernes. Rayma Elena Her­nán­dez. Ante todo, voluntad, trinchera: «Se destaca la integralidad de su trabajo en el año 2006, que abordó temas locales e internacionales con originalidad y acierto, y mediante el uso de distintos géneros. Por desarrollar con eficacia un periodismo de alto interés público, signado por la inmediatez.»Razones para que el Jurado de la Prensa Escrita le otorgara Mención.Los premios constituyen solo una avanzada. El resto se arraiga en la cotidianidad y se afianza en la verdad.  

2007: ¡Duro con él!

 Por Norland Rosendo González

¡Hoy puede ser un gran día!, ¡Y mañana también!, todos, sin excepción, deben serlo este 2007 para los cubanos. Duro con él, porque ya no solo son nuestros, son los días de muchos en el mundo que miran para acá buscando el horizonte perdido hace años.Los escépticos encuentran ánimo, esperanzas, sueños, voluntad. Aquí ven que no hay imposibles, y que la gente vive con la máxima del trovador español Joan Manuel Serrat: si la rutina te aplasta, dile que ya basta de mediocridad.Los reyes magos somos nosotros mismos, que nos regalamos utopías con equidad y justicia, a diferencia de la realidad de América Latina, donde el 20% de la población más rica percibe ingresos más de 20 veces superior al del 20% más pobre. Nuestra filosofía, en cambio, sí es la bíblica: multiplicamos nuestros milagros y riquezas espirituales, como si fuesen los peces y los panes, porque compartir es mejor que competir.Otra vez le daremos riendas sueltas a la creatividad y a las buenas ideas para mejorar la calidad de vida de todas y cada una de las familias; y lo haremos con más exigencia que en 2006, pues los cubanos somos gente inconforme, que critica las ineficiencias, las malas decisiones y las torpezas.Para los villaclareños será un año de compromisos y, sobre todo, de resultados, solo así se podrá ir en octubre a la majestuosa plaza del Che a conmemorar el día que se convirtió en un Quijote inmortal. Significará disfrutar de la autonomía energética, imprescindible para el adiós definitivo a los apagones por déficit de generación. Y a los hogares que aún no lo han hecho, llegarán los equipos electrodomésticos que faltan. Pero hay que pagarlos, la morosidad en las liquidaciones con el Banco podría tardar la ejecución de otros buenos proyectos.Seguirán las labores para mejorar en las redes eléctricas, y las sustituciones de metro contadores, breakers, acometidas… La agricultura tiene un compromiso largamente aplazado: asegurar la base alimentaria de los cubanos; producir más, pero con eficiencia, no dejar ni un callito de tierra sin cultivar y aplicar las tecnologías adecuadas, para que los precios aterricen.Y como exigiera Raúl en la última sesión del parlamento, resulta vital un mecanismo eficaz para que las empresas cumplan los compromisos contractuales con los campesinos, a la sazón, los principales abastecedores de la comida de la población.Las sedes universitarias de los municipios vivirán el irrepetible momento de sus primeras graduaciones. Serán aquellos muchachos que iniciaron el proyecto de los trabajadores sociales, quienes reciban sus títulos de licenciados, tras desarrollar sus estudios a la par de ineludibles misiones estratégicas para garantizar el presente y el futuro del país.Otro de los hitos en este territorio será la Feria Internacional del Libro, que en esta oportunidad abrirá también sus carpas en Manicaragua, además de las tradicionales sedes de Santa Clara y Sagua la Grande. Sin embargo, nada de todo lo pensado será posible si no hay un incremento real de la productividad laboral; urge crear más riquezas colectivas para redistribuirlas y consolidar la invulnerabilidad económica. Ningún país puede darse el lujo de vivir sin trabajar, y menos el nuestro que apuesta por un proyecto social fundamentado en los valores, la ética y la convivencia armónica. ¡Hoy puede ser un gran día!, ¡Duro con él!, que nosotros tenemos una sociedad imperfecta, pero mucho mejor que la triste realidad que se exhibe de manera conjunta al sur del Río Bravo, y que busca la luz del ALBA irradiada desde Cuba.Aquí no vive ninguno de los 125 millones de latinoamericanos sin acceso regular a los servicios médicos, ni de los 685 mil niños con el esquema de vacunación incompleto, según las estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud. Y este 2007, también será un año para validar nuevamente nuestro sistema democrático, en octubre habrá elecciones para elegir los delegados de circunscripción y se prepararán las condiciones para los comicios generales de principios de 2008. En Miami se quedaron sin descorchar las añejas botellas del ilegítimo ron Bacardí que compraron muchos allá el 31 de agosto pasado. Y aquí, aún hoy chocan las copas del brindis por el Año 49 de la Revolución. Que será grande, como la gente que habita esta Isla. La mayoría de los cubanos —a quienes nos corren canciones por las venas— tenemos estos versos trovadorescos de Serrat como el mejor amuleto espiritual: ¡Hoy puede ser un gran día!, ¡Y mañana también!, ¡Duro con él! imposible de recuperar, ⁄ un ejemplar único, ⁄ no lo dejes escapar que todo cuanto te rodea ⁄ lo han puesto para ti. ⁄ No lo mires desde la ventana ⁄ y siéntate al festín. ⁄ Pelea por lo que quieres⁄ y no desesperes⁄ si algo no anda bien.

Y Cuba es una Universidad

Por Norland Rosendo González

 En busca de un sueño, como diría el trovador Silvio Rodríguez, amanecen los sábados en Cuba, haciéndolo «a mano y sin pedir permiso», porque al futuro, tanto como al presente, no le interesan las formalidades, sino el conocimiento, el hombre culto y reflexivo, capaz de transformar el mundo.Para poder cumplir esa exigencia, la Universidad nuestra se fue desde hace unos años a conquistar otros espacios, fuera de los cánones ceremoniosos de sus enclaves. Partió, definitivamente, a las montañas, los centrales azucareros, las fábricas, los parques, los cines, las casas, pues cualquier lugar sirve para instalar un aula.La universalización de la enseñanza superior es hoy una realidad y un privilegio, en una parte del continente donde, a lo sumo, dos de cada diez hijos de personas con baja instrucción tienen alguna posibilidad de acceder a estudios superiores.Cuando Fidel anunció la idea, no faltaron (o mejor, no faltamos) quienes lo calificaran de loco. Otra vez. Y él, acostumbrado a esos epítetos prematuros, explicó su «locura», como tantas veces desde el Moncada hacia acá, convencido de que era posible, necesaria y útil.Lo animaba el espíritu martiano: «el pueblo más feliz es el que tenga mejor educados a sus hijos, en la instrucción del pensamiento, y en la dirección de los sentimientos.»  Al principio, muchos quisieron llevar a los municipios las mismas fórmulas de las academias, pero paulatinamente, la realidad y las ciencias pedagógicas demostraron que resultaban imprescindibles nuevos paradigmas.Los más aventajados comenzaron a decirle adiós a las clases tradicionales y al arquetipo de profesor sabelotodo, abandonaron los estrados y rompieron la distribución casi militar de los estudiantes en el aula. La universidad de nuevo tipo no puede darse esos «lujos», y tiene que formar en el tiempo exacto a los profesionales de su territorio con calidad y rigor.Las conferencias devinieron encuentros, un cambio no solo de nomenclatura, sino de esencia, para estimular modelos flexibles y prácticos, a partir de debates y reflexiones colectivas, muchas veces desde puntos de vistas divergentes, de los que siempre emergen conocimientos integrados y robustos.La experiencia también ha servido para demostrar a los profesores que nadie tiene la verdad absoluta. El éxito resulta ahora, más que de un cúmulo de datos desgranados con elocuencia, de la eficacia del proceso que facilite el aprendizaje.  Y esa idea, al parecer simple, solo es posible materializarla en una sociedad como la nuestra, dispuesta al diálogo, a la polémica y abierta al conocimiento. Porque así encuentra cauce el desarrollo.Las matrículas no tienen uniformidad generacional, entre unos alumnos y otros median, en muchas ocasiones, décadas de vida, y el equilibrio resulta posible con habilidades comunicativas para potenciar auténticas controversias de argumentos. En las nuevas universidades cubanas, cuyos profesores son los mismos profesionales del territorio, casi siempre sin locales propios para desarrollar los encuentros, se fomenta el ejercicio del criterio, de la investigación y del autoaprendizaje, sin esquemas autómatas ni memorizaciones efímeras.       ¡Qué clases! Hay espacio para hablar de todo, nada es ajeno, unos contenidos encuentran vínculos relacionados con otros; resulta posible empezar por la literatura y concluir polemizando sobre ecología social, economía política o ética. Al final, si los alumnos califican de excelente ese sábado, valió la pena la supuesta digresión, porque aprendieron, aportaron y crecieron intelectualmente. A bolina, entonces, las rutinas pedagógicas.Y esa es el aula grande que planeó Fidel. Con alumnos —a veces más veteranos que sus profesores—, que tienen conocimientos empíricos adquiridos en la cotidianidad, y los someten al rigor científico, con sus palabras y sus modos, sin cortapisas. Van a cada encuentro a aprender y enseñar. E ahí la clave.A la vuelta de unos años, si las sedes universitarias enriquecen sus propios paradigmas, a partir de los objetivos, las características y sus claustros y matrículas, Cuba podrá vivir la realidad, soñada «a mano y sin pedir permiso», de ser entonces el país más sabio del mundo.

Un cumpleaños entre nubes

Un cumpleaños entre nubes Por Norland Rosendo González

Cuando el sábado Fidel celebre sus ocho décadas de vida, en las alturas de Los Cuchumatanes, en Guatemala, un nino que lleva su nombre, también festejará por él.  

Cuatro días antes había sido su cumpleaños y no asistí. «¿Por qué no viniste? Los médicos me dijeron que tú ibas a hacer las fotos para ponerlas en un periódico. Todo el día estuve sin jugar fútbol para no ensuciar la ropa».«Pero yo sí me acordé, solo que allá abajo estaba lloviendo mucho y no era posible subir por esas lomas». No se me ocurrió otro pretexto para salvar la situación, y creo que hasta él se percató de mis escasas habilidades para mentir, pues bajó la cabeza y sonrió.Era difícil engañarlo así, porque él vivía al lado de las nubes.  Entonces saqué de mi mochila los tres paquetes de galletas y el pomo de refresco de cola que llevaba para el viaje.  Eran más o menos las diez de una mañana de marzo del año 2002 y nadie en Sticajó esperaba visitas. Los días allá arriba, en la cordillera de Los Cuchumatanes, a unos 3500 metros sobre el nivel del mar, transcurren apacibles y sin sol, casi aburridos si no fuera por el infinito horizonte azulado de la selva Lacandona, fronteriza con México, y el privilegio de ser parte de los centroamericanos que más cerca están del cielo.Dos médicos aventureros, un guía que nunca había ido al lugar y yo caminamos desde la madrugada sin rumbo fijo. Sería mi primera conversación a solas con un Fidel Castro, con certeza, el único de aquellos lares. Fue un viaje a pie de casi 20 kilómetros serpenteando cuestas. El diálogo ocurriría en una montaña, él vestido con atuendos de militar y yo solo con mi libreta de notas y una cámara fotográfica. La noche antes había releído pasajes del encuentro sostenido por el Comandante en Jefe en la Sierra Maestra con el periodista norteamericano Hebert Mathew. Le pasé la mano por la cabeza tratando de regarle el pelo pero estaba pelado bajito, un impecable corte de cabello castrense. Casi nunca se quita la camisa verde olivo; y por charretera exhibe el forro de un cuaderno que delata su jerarquía escolar: segundo grado. — ¿Y tú conoces a Fidel Castro, el de nosotros?— Ese, y apuntó para mi agenda, entre las hojas reconoció la foto. Es el hombre bueno de la barba blanca. Los médicos me han dicho que es el mejor papá del mundo, que todos los niños cubanos son sus hijos.— Pero él también se preocupa por ti, te manda médicos para que estés sano y si enfermas te cures rápido.Hizo un tenue movimiento de cabeza afirmativo con la mirada clavada en el suelo, como suelen hacer los habitantes de esta región, descendientes de la civilización maya. —Yo me visto igual que él, esta camisa me la regalaron los cubanos. Mi papá me dijo que cuando bajara al pueblo me va a comprar una gorra verde.— ¿Y por qué te pusieron ese nombre?— No sé, me lo puso mi papá. A él le gusta oír por la radio cosas de Cuba.Y ahí vino la pregunta de Fidel Castro Pedro López que le cambió el rumbo a la entrevista: ¿Cómo son los cumpleaños del Fidel Castro de ustedes, se lo celebran como a los niños ricos de Guatemala?Le hice entonces un cuento infantil. Le dije que los días 13 de agosto Cuba se convertía en una piñata gigante de risas y tortas (cakes) en todos los parques de las ciudades y en los pueblos de las montañas parecidos a Sticajó. Que todos los niños le cantaban felicidades al abuelito de la barba blanca, y que, aunque fuera por la pantalla del televisor, le daban un beso. «Debe ser bonita esa fiesta. Me gustaría ir a una. Le compraré un regalito y le diré felicidades, como me hacen los médicos cubanos el día de mi cumpleaños.«Cuando lo veas díselo. Yo le hago señas a todos los aviones que pasan por aquí para que me lleven a Cuba, pero ninguno quiere parar».        «Ya vendrá uno con las alas grandes para que vuele alto, y se posará ahí, donde juegas fútbol y tu papá siembra la milpa (maíz)»; y me callé, porque comprendí que mi imaginación era incapaz de competir con la de él.Solo pude abrir el último paquete de galletas, volví a llenar los vasos con refresco, y propuse un brindis: Felicidades Fidel.